La versión más actualizada de la obra puede verse en el Blog "El anuncio, acogida, estudio y seguimiento de Jesucristo en el ámbito de una universidad católica"
En el contexto del diálogo entre la fe y la ciencia, en el marco del diálogo entre la Iglesia y el mundo, en medio de la tensión existente entre libertad religiosa, ecumenismo y laicidad del estado, se ubican hoy las Universidades católicas para ayudar a encontrar respuestas no sólo sensatas sino vitales a los graves y urgentes problemas que individuos y colectividades experimentan.
en la dirección: http://teologo-canonista2017.blogspot.com.co/
Volumen 1
Primera Parte
APORTE DE UN MODELO
HERMENÉUTICO
A LA TEOLOGÍA DEL DERECHO CANÓNICO
Capítulo 1
La cuestión de los presupuestos y de los
marcos vitales y teóricos de esta investigación
Capítulo 2
Un Modelo hermenéutico para la Teología del
Derecho canónico
Bogotá 2010
Contenido del presente
volumen
Las Universidades Católicas i
Advertencia editorial iv
Prólogo v
Prefacio ix
Introducción xi
Siglas y Fuentes más empleadas xvii
Reconocimientos xxi
La cuestión de los presupuestos y de los marcos vitales y teóricos de esta investigación 5
“Delenda est Carthago!”, ¿o demolamos y comencemos todo de nuevo? 5
I. La renovación de la docencia de la teología en las facultades de la Pontificia Universidad Javeriana. 10
1. El proceso de reforma y renovación de la presencia y actuación institucional de la teología, en el ámbito de la Pontificia Universidad Javeriana en, aproximadamente, las dos últimas décadas. 10
2. El Seminario sobre Ciencias y Teología: un diálogo, entre nosotros, apenas incipiente. 14
II. La cuestión de la teología del derecho canónico 16
III. Mi tesis doctoral en Derecho canónico (1996) y algunas situaciones posteriores. 26
1. Razones, objetivos y metodología de mi tesis 26
2. Situaciones nuevas que me invitan a ampliar y a profundizar la propuesta 28
IV. Las palabras del M. R. P. Péter Hans KOLVENBACH , S. J., Prepósito General de la Compañía de Jesús y Gran Canciller de la Pontificia Universidad Javeriana en la Universidad de Santa Clara (California) el 5 de Octubre de 2000. 29
V. Los trabajos de investigación presentados en los últimos años en nuestra Facultad sobre temas vinculados con esta investigación. 32
VI. El Decreto de la Congregación para la Educación Católica (2002) que reforma el artículo 76 de la Constitución Sapientia Christiana (SCh). 39
VII. Consideraciones hermenéuticas acerca del problema de las relaciones entre la ciencia y la fe 42
1. La relación entre religión y ciencia a partir de la Modernidad 44
2. El teólogo en ejercicio constante de autocrítica 52
3. La teología: ¿Ciencia, disciplina, saber, arte, cultura, sabiduría...? 60
VIII. Objeciones al problema de la relación filosofía-ciencias y algunas de sus implicaciones, retos y aportes a la teología moral 68
1. Dos objeciones, desde la filosofía y las ciencias, en torno al obrar moral, y sus implicaciones para la teología 68
a. La objeción de Luc Ferry 69
b. La objeción de Jean-Didier Vincent 73
2. ¿Respuestas de la teología, o interrogantes a la teología? 83
Conclusión 88
Un Modelo hermenéutico para la Teología del Derecho canónico 92
I. Planteamiento de la tesis 92
1. Génesis del problema 92
a. ¿Cómo entender y cómo explicar hoy el Derecho canónico? Nuestra hipótesis de trabajo 92
b. La ejemplificación de nuestra hipótesis mediante la selección de unos cánones 101
2. Retos que lanzan diversas regiones de la investigación teológica y canónica actual. 103
a. Problemas conexos con la exégesis canónica 103
b. Las cuestiones relativas a la “teología del Derecho canónico” 106
3. El ejercicio interdisciplinario, característica del Modelo que propongo 111
¿Un proceso (validable) para la construcción interdisciplinar? 116
4. La cuestión cristológica, punto de partida del Modelo. Los problemas de la cristología en moral y de la ontología en cristología y sus efectos sobre el Derecho canónico. 118
a. Moral y Derecho canónico: razones conjuntas de identidad y de método 119
b. Fundamento último meta y pre – ético-canónico: la ontología y la analogía en cristología. Una perspectiva actual 126
II. El Modelo hermenéutico 134
1. Primer paso del Modelo hermenéutico: la cristología total 135
a. A la cristología narrativa 136
b. A la cristología sistemática, 139
2. Segundo paso del Modelo hermenéutico: la antropología cristiana y sus correlatos antropológicos. 141
3. Tercer paso del Modelo hermenéutico: hacia la conformación de modelos abiertos del actuar moral. La norma teológico moral. 147
4. Cuarto paso del Modelo hermenéutico: la producción e implementación del canon 152
a. El momento genético del Código canónico. 155
b. El momento operativo del Código canónico. 161
1) La primera de ellas es la ejecución. 161
2) La aplicación es la segunda modalidad. 161
3) La interpretación de los cánones. 162
c. El momento abrogativo del Código canónico. 162
5. Recapitulo 164
Conclusión 166
Notas finales de los capítulos 1 y 2
Las Universidades Católicas i
Advertencia editorial iv
Prólogo v
Prefacio ix
Introducción xi
Siglas y Fuentes más empleadas xvii
Reconocimientos xxi
PRIMERA PARTE
APORTE DE UN MODELO HERMENÉUTICO A LA TEOLOGÍA DEL DERECHO CANÓNICO
Capítulo I 5
La cuestión de los presupuestos y de los marcos vitales y teóricos de esta investigación 5
“Delenda est Carthago!”, ¿o demolamos y comencemos todo de nuevo? 5
I. La renovación de la docencia de la teología en las facultades de la Pontificia Universidad Javeriana. 10
1. El proceso de reforma y renovación de la presencia y actuación institucional de la teología, en el ámbito de la Pontificia Universidad Javeriana en, aproximadamente, las dos últimas décadas. 10
2. El Seminario sobre Ciencias y Teología: un diálogo, entre nosotros, apenas incipiente. 14
II. La cuestión de la teología del derecho canónico 16
III. Mi tesis doctoral en Derecho canónico (1996) y algunas situaciones posteriores. 26
1. Razones, objetivos y metodología de mi tesis 26
2. Situaciones nuevas que me invitan a ampliar y a profundizar la propuesta 28
IV. Las palabras del M. R. P. Péter Hans KOLVENBACH , S. J., Prepósito General de la Compañía de Jesús y Gran Canciller de la Pontificia Universidad Javeriana en la Universidad de Santa Clara (California) el 5 de Octubre de 2000. 29
V. Los trabajos de investigación presentados en los últimos años en nuestra Facultad sobre temas vinculados con esta investigación. 32
VI. El Decreto de la Congregación para la Educación Católica (2002) que reforma el artículo 76 de la Constitución Sapientia Christiana (SCh). 39
VII. Consideraciones hermenéuticas acerca del problema de las relaciones entre la ciencia y la fe 42
1. La relación entre religión y ciencia a partir de la Modernidad 44
2. El teólogo en ejercicio constante de autocrítica 52
3. La teología: ¿Ciencia, disciplina, saber, arte, cultura, sabiduría...? 60
VIII. Objeciones al problema de la relación filosofía-ciencias y algunas de sus implicaciones, retos y aportes a la teología moral 68
1. Dos objeciones, desde la filosofía y las ciencias, en torno al obrar moral, y sus implicaciones para la teología 68
a. La objeción de Luc Ferry 69
b. La objeción de Jean-Didier Vincent 73
2. ¿Respuestas de la teología, o interrogantes a la teología? 83
Conclusión 88
Capítulo II 92
Un Modelo hermenéutico para la Teología del Derecho canónico 92
I. Planteamiento de la tesis 92
1. Génesis del problema 92
a. ¿Cómo entender y cómo explicar hoy el Derecho canónico? Nuestra hipótesis de trabajo 92
b. La ejemplificación de nuestra hipótesis mediante la selección de unos cánones 101
2. Retos que lanzan diversas regiones de la investigación teológica y canónica actual. 103
a. Problemas conexos con la exégesis canónica 103
b. Las cuestiones relativas a la “teología del Derecho canónico” 106
3. El ejercicio interdisciplinario, característica del Modelo que propongo 111
¿Un proceso (validable) para la construcción interdisciplinar? 116
4. La cuestión cristológica, punto de partida del Modelo. Los problemas de la cristología en moral y de la ontología en cristología y sus efectos sobre el Derecho canónico. 118
a. Moral y Derecho canónico: razones conjuntas de identidad y de método 119
b. Fundamento último meta y pre – ético-canónico: la ontología y la analogía en cristología. Una perspectiva actual 126
II. El Modelo hermenéutico 134
1. Primer paso del Modelo hermenéutico: la cristología total 135
a. A la cristología narrativa 136
b. A la cristología sistemática, 139
2. Segundo paso del Modelo hermenéutico: la antropología cristiana y sus correlatos antropológicos. 141
3. Tercer paso del Modelo hermenéutico: hacia la conformación de modelos abiertos del actuar moral. La norma teológico moral. 147
4. Cuarto paso del Modelo hermenéutico: la producción e implementación del canon 152
a. El momento genético del Código canónico. 155
b. El momento operativo del Código canónico. 161
1) La primera de ellas es la ejecución. 161
2) La aplicación es la segunda modalidad. 161
3) La interpretación de los cánones. 162
c. El momento abrogativo del Código canónico. 162
5. Recapitulo 164
Conclusión 166
Notas finales de los capítulos 1 y 2
Quiero dedicar esta investigación
a innumerables personas vivas y difuntas a
quienes honro:
a quienes han sido mis Pastores
en la
Iglesia Universal y en las Iglesias Particulares de Cali y Bogotá;
a quienes han sido mis cohermanos,
superiores, formadores y amigos;
a mis Padres, hermanos y demás familiares;
a mis estudiantes y a mis colegas;
a Luz Eugenia, Daniel Federico de Jesús y
María Camila.
Advertencia editorial
Esta obra, debido a razones
prácticas y financieras, se publica en seis volúmenes en papel, sin su
bibliografía general y sin sus apéndices. Por el contrario, se publica íntegra
con ellos, en su edición electrónica.
Han sido mantenidos en una y otra
edición los números de las notas de pie de página y de las notas finales.
La paginación a la que aluden las
numerosas referencias internas (generalmente precedidas de cf.) refiere a la
paginación en la obra íntegra.
Prólogo
En mi calidad de acompañante suyo a lo largo
de este proceso, debo testimoniar ante todo la dedicación y el esfuerzo
notables que ha significado para Iván Federico Mejía llevar a término un
proyecto tan ambicioso.
Estoy convencido de la importancia de sus
resultados. En primer término, para nuestras Facultades de Teología y de
Derecho Canónico, tanto más en la coyuntura actual de su convivencia estable en
el campus de nuestra Universidad.
Porque la investigación de Iván Federico
Mejía responde al ideal de una articulación mutua de las disciplinas que ellas
trabajan, desde la bipolaridad constitutiva de su tesis: de una parte,
reivindicar la validez de un modelo hermenéutico interdisciplinario
que explicite y profundice los fundamentos teológicos del Derecho Canónico; y
de otra, intentándolo en los cánones pertinentes al ámbito del saber en las
instituciones académicas eclesiales; fundamentar el anuncio y seguimiento de
Jesucristo, Maestro y Verdad, como dimensión integrante de la identidad
académica y de la misión eclesial de nuestras Universidades Católicas.
Considero decisiva, para la comprensión y valoración doctoral de Iván Federico,
esta bipolaridad de su objetivo general.
En perspectiva teológica, justifico esa
bipolaridad, desde una comprensión de la teología
misma como mediación entre el significado
y valor de la fe cristiana – de una parte, y de otra – la matriz de sentidos y valores de nuestra cultura. De ser así,
compete a la teología penetrar a fondo en los cauces ordinarios, incluso
institucionales, de nuestra vida cultural y social. Pero a su vez, pienso que
corresponde también al derecho eclesial
ejercer una mediación semejante en el campo de las relaciones sociales y
jurídicas, tanto internas como externas a la comunidad eclesial; por cuanto sus
sentidos y valores raizales de orden jurídico tienen que integrar los sentidos
y valores teologales, que identifican nuestra eclesialidad, si ese derecho
aspira a regular el comportamiento en una comunidad cuyo constitutivo
específico es el compartir una misma experiencia religiosa y una misma
tradición de fe. En este contexto me permito hacer algunas reflexiones de
índole metódica sobre el trabajo de Iván Federico Mejía.
Frente a la problemática arriba descrita, se
abrían al autor dos posibles campos de investigación:
Por una parte, vindicar la validez,
pertinencia y fecundidad de un modelo
hermenéutico interdisciplinario, de alcances teológicos, para la
elaboración e interpretación del Derecho Canónico; mediante su verificación en
el caso concreto de las prescripciones canónicas sobre la búsqueda de la verdad en relación con Dios y con la Iglesia.
Con lo cual, en reciprocidad, se reivindica la significación teológica como constitutiva de la identidad
específica de un derecho eclesial.
Desde el punto de vista teológico, el
proyecto se situaba así, a mi entender, en el momento metódico de las Sistemáticas teológicas. En este caso,
una sistemática integradora de tres esferas sustantivas de nuestra vida
eclesial: la cristología, desde sus raíces bíblicas; la moral cristiana, en
integración con sus correlatos antropológicos, y la juridicidad eclesial como
estructura social de una comunidad que testimonia y vive su fe, dentro de los
parámetros jurídicos de la convivencia humana. En mi opinión, esta alternativa garantizaba,
de por sí, un avance importante en la integración de teología y derecho
canónico. Para la teología, en particular, significaba una reivindicación de la
pertinencia de los sentidos y valores teologales, que ella misma propugna, a la
normatividad canónica en el organismo vivo de nuestra vida eclesial y
ciudadana.
Cabía, con todo, otra posibilidad, que a la
postre fue asumida por el autor. Logrado el paso anterior, en forma suficiente,
se podía confrontar desde allí la realidad factual, y la comprensión eclesial,
de la identidad y misión de la
Universidad Católica con respecto a esa misma verdad, en el concierto de las instituciones académicas de nuestro
país; y en el contexto del derecho ciudadano que regula nuestra convivencia.
Desde el punto de vista metódico pienso que,
al hacerlo, entraba además en una tarea teológica ulterior a la de las
Sistemáticas: quiero decir, en la de las Comunicaciones.
Entiendo por tal ese momento, decisivo en la elaboración teológica total,
cuando todo el esfuerzo teológico confluye hacia su objetivo terminal de
contribuir al proceso recurrente de la auto-construcción refleja de la Iglesia,
como cuerpo social y testimonial de la fe cristiana en palabras y en obras; y a
su participación activa en la construcción de una convivencia ciudadana;
siempre como presencia actuante del Reino en esa convivencia, y como
corresponsable con todos en el proceso humanizador de nuestra cultura y de
nuestra vida social.
Por lo que respecta al Derecho Canónico, y
desde su específica perspectiva jurídica, también este se encuentra confrontado
allí con el carácter concreto de las instituciones, de las tareas y los
oficios, de las personas y sus relaciones interpersonales; que constituyen la
carne y sangre de los derechos y deberes eclesiales.
De lo dicho se sigue para mí otra
característica del trabajo doctoral de Iván Federico Mejía: exige, como
condición de posibilidad, una suficiente competencia del investigador mismo en
tres instancias del saber, que aquí resultan convergentes: de una parte en
teología y en derecho canónico, pero no menos, de otra, en la experiencia
académica de una Universidad colombiana, y en la reflexión universitaria
correspondiente. De hecho, el trabajo doctoral de Iván Federico evidencia su
madurez lograda en esos tres espacios. De allí fluye, en mi opinión, el
significado de este trabajo para nuestra Universidad Católica, para las
Facultades específicamente Eclesiásticas, y en particular para nuestras
Facultades de Teología y de Derecho Canónico.
Mejía ha logrado entretejer una red temática
compleja, que, de una parte, fundamenta la dimensión teologal del derecho
eclesial; y de otra, evidencia la relevancia social, la responsabilidad
eclesial, y la complejidad funcional de la tarea propuesta por ese mismo derecho
a las instituciones académicas de cuño eclesial. Las numerosas páginas de
texto, y las abundantes notas explicativas y bibliográficas; los apéndices
sobre asuntos universitarios concretos, que añaden todavía otras notas más a
las del cuerpo del trabajo; en fin, las copiosas páginas de referencias
bibliográficas, ofrecidas como respaldo a la totalidad del texto, capítulo por
capítulo; constituyen de por sí una evidencia del largo camino académico y de
experiencia de vida, que lleva tras de sí este trabajo doctoral de Iván
Federico Mejía.
Constituyó también un reto grande a su
capacidad de selección temática, de estructuración orgánica, y de vigor
argumentativo. Comprometió sus habilidades hermenéuticas en campos y saberes
plurales. Iván Federico ha hecho un esfuerzo notable al respecto. Quizás esa
misma complejidad y extensión pueden dificultar la difusión deseable de un
trabajo tan empeñativo, sobre un tema vital para nosotros. Pero las exigencias
de la vida, y dentro de estas, la disponibilidad de tiempo creativo trabajó en
su contra.
Toda investigación lograda, una vez cubierto
su objetivo, se propone a la discusión de la comunidad académica teológica, no sólo como su instancia crítica
connatural, sino también y sobre todo, como camino hacia el consenso que puede
validarla, y al enriquecimiento que resta por emprender todavía.
Rodolfo Eduardo
de Roux Guerrero, S. J.
Prefacio
Tengo el gusto de presentar la obra Las
Universidades Católicas. Una indagación cristológica, antropológica, teológico
moral y canonística acerca de los fundamentos institucionales que suscitan la
renovación de sus proyectos educativos, que en su propósito inicial y en
forma abreviada tenía el título “Jesucristo, maestro y verdad: su anuncio,
acogida, estudio y seguimiento en el ámbito de la Universidad católica.
Investigación de los cánones 748 § 1; 809; 811 § 2 y 820 del CIC conforme a un
modelo hermenéutico de Teología del Derecho canónico”.
La investigación es sin duda interesante, con
múltiples implicaciones pertinentes al diálogo presente entre la Teología y el
Derecho canónico. El interés del tema adquiere un particular valor, cuando el
autor asume las directrices del Concilio Vaticano II de mostrar en los estudios
teológicos la vocación y respuesta de los fieles en Cristo para la caridad en
la vida del mundo (OT 16), inspirándose en una elaboración científica
que se nutra más de la Sagrada Escritura. Estas orientaciones en las que
Jesucristo aparece como fuente y norma suponen la tarea de confrontar la
historia salvífica y del misterio cristiano con las preguntas y respuestas
concretas de la existencia humana. El problema es ¿cómo establecer esta
relación?
Para lograrla, el Doctor Mejía desarrolla un
modelo hermenéutico interdisciplinar que integra la cristología narrativa y la
cristología sistemática en una cristología integral, extendiendo al hombre lo
que la cristología nos enseña sobre Cristo a través de una antropología
teológica, ampliando este horizonte a los cánones estudiados y examinados.
Establece así un puente adecuado entre
Cristología y Derecho canónico, haciendo evidentes las raíces sapienciales
teológicas de las normas canónicas como paradigma actual del seguimiento de
Cristo en el proceso de la búsqueda académica entre las ciencias y la fe.
A la luz de dicho modelo interpreta los
cánones citados que regulan y abren horizontes a la evangelización de la
ciencia en el contexto universitario.
La metodología desarrolla muy bien la
estructura heurística del modelo hermenéutico que elabora la transición
procesual y razonable, controlada y coherente, mediante un transcurso no sólo
deductivo sino también inductivo, que se sucede desde un artículo de la fe
católica, la confesión de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, hasta
el establecimiento de una norma moral y de una ley eclesiástica.
Un proyecto educativo universitario ha de
comprender al hombre que queremos formar y para qué tipo de sociedad. La
Universidad no es neutral, sino que tiene una visión de hombre para un cierto
tipo de sociedad. Ello debe tenerse en cuenta cuando la Universidad es
cristiana y católica. Manteniendo la autonomía de cada Facultad, se debe
entonces expresar la coherencia existente entre los currículos que desarrollan
dicho proyecto y el tipo de profesional que desean contribuir a formar. La
enseñanza de la teología en las facultades debe saber dar razón de qué papel
juega ella en el currículo y en las asignaturas diseñadas para cumplir esa
finalidad. Esto formula y a ello contribuye, ciertamente, el Derecho canónico
con sus normas sobre la Universidad católica, en las que se destaca la
importancia de la interrelación entre las ciencias y la teología.
Esta perspectiva se encuentra en la obra del
Doctor Mejía, y deja expuesta la imposibilidad de leer este trabajo sin una
visión interdisciplinar.
Rafael
Gutiérrez Cuervo, S. J.
Introducción
I
“La sociedad tiene problemas, las
Universidades, saberes”, afirmaba el gran educador y sacerdote que fuera el
Padre Alfonso Borrero Carvajal, S. J. Y, sin quitar importancia, en lo más
mínimo, a los éxitos alcanzados en múltiples escenarios de la cultura, en
realidad, nuestra sociedad actual sí que tiene problemas, graves, complejos y
urgentes. Más aún, con alguna frecuencia la calidad de las respuestas académicas
a los mismos ha resultado tan inadecuada o, al menos, tan insuficiente, que ha
terminado siendo, como afirma el dicho castellano, “peor el remedio que la
enfermedad”. En numerosas ocasiones, en efecto, sus propuestas y sus
realizaciones han derivado de saberes que se han originado en actividad tan
febril que muy poco, o con muy poca profundidad, han advertido e implementado
los componentes éticos de las mismas, de tal manera que los propios
investigadores-docentes y los profesionales que allá se han formado, terminan
actuando con ignorancia o inmoralidad “ilustradas”. Así, las Universidades
pueden llegar a dar la imagen de ser no tanto poderosos agentes para un cambio
social que expresa y busca cada vez alturas más humanas, cuanto, sobre
todo, de ser mecanismos de perpetuación o de incremento de los males sociales.
En ocasiones, lamentablemente, pudiera estar aconteciendo esto mismo a algunas
Universidades católicas, lo cual compromete, además, la credibilidad de su
misión de anunciar a quien es su Maestro, Testigo y Precursor de la fe.
De las Universidades católicas – y de
aquellas que, sin ser confesionales, se inspiran en la fe católica –, en
efecto, se exige aún más, si se quiere. Y sobran argumentos para ello. Muchas
personas que frecuentan una Universidad que se denomina “católica” no lo hacen
por una razón o por una motivación estricta o vagamente religiosa, sino porque
en ellas encuentran, o desean encontrar, entre otros factores, calidad
académica – ¿por qué habría de escoger yo a una de estas
Universidades con preferencia a otra?; ¿qué tienen, ofrecen y cumplen, las
católicas de particular? –. Es un hecho. Y esto se refleja en que cada
disciplina, teórica o práctica, se estudia y se enseña allí rigurosamente
conforme a sus fundamentos y métodos propios, de acuerdo con el desarrollo que
la disciplina ha ido obteniendo con el trascurso del tiempo. El resultado que
se espera es conseguir que sus profesionales actúen luego con todas las
competencias y capacidades desplegadas, realmente expertos en el terreno
específico de su conocimiento. Exigirnos mutuamente, pues, docentes y
estudiantes, en este aspecto, es ya una responsabilidad que reconoce y agradece
altamente la sociedad.
Pero la exigencia es todavía mayor. Los
saberes científicos, técnicos y artísticos que en ellas se cultivan mediante la
investigación, la docencia y el servicio (saberes-por), al ser promocionados
por una Universidad católica, se anhela, por eso mismo, no sólo que sirvan para
encontrar un modo suficiente y digno de subsistencia a cada miembro
actual o egresado de ellas, sino que cumplan un destino social y cultural
más integral y universal (saberes-para). El lema de la FIUC (Federación
Internacional de Universidades Católicas) así lo asume: “Sciat ut serviat”
(“Que sepa para que – y ¡con tal que! – sirva”). Por eso, consciente, expresa y
gozosamente, muchos buscan en las Universidades católicas, y desean encontrar
en ellas, una calidad humana y cristiana exquisita, un comportamiento
moral coherente, una y otro puestos a prueba. Exigencia que proviene, ante
todo, de su decisión, irrevocable, de querer ser maestras-testigos al estilo
de Jesucristo, de modo que inviertan en ello todos los medios – incluso
técnicos – a su alcance y lo verifiquen de una manera eficiente. Y no sólo un
día, ni una semana, ni un año… Ese es – o, al menos, debería ser manifiesta,
nítidamente – su plus.
A las Universidades católicas, como órganos
vivos de la Iglesia que son y partícipes de su misión de anunciar el Evangelio
a todas las personas, como comunidades formadas por miembros clérigos,
religiosos y laicos – numerosas laicas y laicos –, se les reclama que sean maestras-testigos
creíbles y eficaces en medio de su País y del orbe. Conscientes de estar como
arrojadas a un mundo que no siempre es sensible, ni acogedor, ni, tantas veces,
respetuoso de la identidad y de los valores que ellas propugnan, las
Universidades católicas – sus directivos, administrativos, docentes,
estudiantes, egresados – se exhiben como portadoras de una sabiduría cristiana,
del sentido trascendente de la existencia. En últimas, esa vinculación
intrínseca y expresa a Jesucristo es la razón máxima que las urge a que, así
como diseñan, emprenden e institucionalizan muy válidas y necesarias
“planeaciones estratégicas” técnicas, destinadas a fortalecer y a desarrollar
sus calidades académicas y de bienestar, y a consolidar y a acrecentar los
recursos financieros necesarios para la obtención de sus finalidades,
constituyan, así mismo, unas más necesarias “planeaciones estratégicas”
orientadas a la conversión permanente y creciente de sus comunidades al
Evangelio de modo tal que se vayan transformando en auténticos “laboratorios de
santos”. Se trata de una exigencia originada, también, de la coherencia
con los sacramentos de iniciación cristiana que resumen su “confesión de fe” y
que han recibido la gran mayoría de sus integrantes.
II
La Teología del Derecho canónico es una
disciplina reciente dentro del ámbito de la canonística, y su definición
conceptual y metodológica se encuentra apenas en ciernes. Con todo, el hecho
mismo de la existencia tanto de la Teología como del Derecho canónico, así como
de su mutua e intrínseca interdependencia, pasando por toda la historia de una
y otro, hunde sus raíces en los Concilios de los primeros siglos cristianos y
en los Padres de la Iglesia, llega hasta los tiempos apostólicos y, de esta
forma, hasta Cristo, el Maestro.
La Teología del Derecho canónico, como área
peculiar tanto de la Teología como del Derecho canónico, que se nutre de una y
otro y tiende a mediar entre ellos, ha comenzado apenas su itinerario. El Papa
Pablo VI ha sido considerado, con justa razón, entre otros títulos, como el
“teólogo del Derecho canónico”, gracias a su papel de generador de cuestiones,
preguntas y debates, en torno a las graves y complejas situaciones
eclesiológicas que durante el Concilio Vaticano II y en el inmediato
post-concilio se presentaron, y, en su calidad de Pontífice Romano, como
orientador legítimo de los procesos de reforma durante el largo proceso de
consultas y decisiones que condujeron a la promulgación del Código de Derecho
canónico. Pero si bien es cierto que dicho título cabe con toda propiedad a ese
Pontífice, no menos apropiado sería asignarlo a su sucesor, Juan Pablo II, a
quien cupo dicha promulgación, pero, en su caso, sobre todo, a partir de su
notable preocupación cristológico-antropológica.
La presente investigación quiere ofrecer
diversos elementos para (re-) plantear el estatuto canónico, planeamiento y
currículos de las instituciones de educación superior a partir de una nueva consideración de sus orígenes en el anuncio,
acogida, estudio y seguimiento de Jesucristo, maestro y verdad. Tiene por
objeto general contribuir a hacer explícitas, y de qué manera ellas están
lógicamente interconectadas, las raíces teológicas – y más precisamente
cristológicas, antropológico-teológicas y teológico morales – del Derecho
canónico. Prosiguiendo el camino comenzado en mi anterior comunicación doctoral
en Derecho canónico, profundizando en problemas, examinando objeciones y
ángulos de visión nuevos, quiere ella tener presente un objetivo específico: el
estudio de algunos cánones relativos a las Universidades católicas, a su
vigencia y a su desarrollo, a su organización y desempeño en los actuales
momentos de la historia nacional y mundial.
En efecto, las Universidades católicas
existen en el ordenamiento canónico. Sin embargo, para que se comprenda,
compruebe y valore que no se trata meramente de unas entidades cuya institución
y acción se identifica sin más con la de cualquier otra obra “humana”, sea ella
de particulares o estatal – extraña o epidérmica, por tanto, a una Iglesia
considerada como pura y escueta sociedad religiosa, ámbito exclusivo de la
conciencia –, es necesario seguirle el rastro a su conformación de modo que se
alcance a observar de qué manera también a ellas les corresponde hacer evidente
hoy su dimensión “divina” – si bien a su manera y dentro del ámbito de su
peculiar ministerio –, sobre todo, expresando lógica, coherentemente, que ellas
también son testigos de la verdad del Evangelio, portadoras de la misión de
Jesús, y poseedoras del carisma de la enseñanza, insertas en el amplísimo campo
de la cultura y de las culturas: ¿Es ello posible?
De ser así, a las Universidades católicas les
correspondería una tarea específica, para la cual otras personas e
instituciones no están suficiente o adecuadamente provistas. A ellas les
pertenecería, en efecto, como ocupación propia y conforme a su manera
característica, aunque conjunta y articuladamente con otras instituciones,
responder con suficiencia y calidad a los graves problemas y retos del momento
que se plantean en el ámbito académico y, particularmente, en el espacio
científico de la cultura humana, de modo que los profesores, junto con sus
estudiantes, lleguen a alcanzar una visión adecuada de las “cuestiones
teológicas conexas” con dichos problemas y con esos retos – su sentido último
–.
Nuestro propósito poseerá, pues, un
componente teórico y doctrinal muy significativo. Pero, al mismo tiempo,
sumamente práctico. Tal es la característica propia del Derecho canónico. Por
eso, al mismo tiempo que habremos de tener en cuenta la reflexión que se pueda
hacer a partir de los principios neotestamentarios y doctrinales así como de la
tradición que se ha ido elaborando a partir de los mismos en modo tal que no se
deje de observar su íntima conexión, de igual manera habrá que considerar de
qué manera dicho razonamiento puede ser relevante para el momento actual en
orden a exigir la creación o la renovación de unas instituciones canónicas que sirvan aún mejor para impulsar y
orientar provechosamente a las comunidades eclesiales. Y, para el caso que nos
ocupa, para el ministerio docente de la Iglesia a través de sus instituciones
educativas, particularmente de sus Universidades. Éstas, vienen a ser, pues, el
“banco de prueba” – sobre todo nuestra Pontificia Universidad Javeriana: no
menos de 30 documentos consultados – de todo el trabajo teórico, y la
motivación especial del mismo, para confrontarlo, para exigirlo aún más, para
refinarlo.
La investigación posee, así, dos grandes
partes: en la primera, denominada “Aporte de un modelo hermenéutico para la
Teología del Derecho canónico”, delimito en tres capítulos nuestro campo de
búsqueda; reviso la literatura previa sobre el problema, nuestras
circunstancias y nuestras motivaciones; propongo los antecedentes, términos y
posibilidades del debate y las características del Modelo hermenéutico
(capítulos primero y segundo); y selecciono y exploro de manera previa y desde
sus antecedentes, sobre todo conciliares, algunos cánones del Código de Derecho canónico sobre el que
dicho modelo se pueda aplicar, cánones sobre las Universidades católicas – cc.
748 § 1; 809; 811 § 2 (de las Universidades católicas y centros equivalentes) y
820 (de las Universidades y Facultades eclesiásticas), todos del Libro III del
CIC – (capítulo tercero). Este tercer capítulo, que durante el proceso se
elaboró cronológicamente después de los dos anteriores y según el criterio
selectivo indicado, ahora podría ser leído provechosamente como parte
integrante del séptimo, con el que forma una unidad ideológica.
La segunda parte consiste propiamente en la
“Aplicación del modelo hermenéutico de la Teología del Derecho canónico a
algunos cánones sobre las universidades católicas”. En tal virtud, en los
cuatro capítulos que comprende pretendemos desplegar los pasos del mencionado
Modelo hermenéutico:
El capítulo cuarto, cristológico, nos
permitirá destacar la figura exclusiva lucana del Evpista,thj (“Maestro”), de quien
enfatizaremos su amplia, diferenciada, analítica y metódica concomitancia con
las diversas realidades de su tiempo y el discernimiento que en medio de ellas
Él hacía del querer de Dios, como ejercicio de búsqueda de la verdad – tan típico
de las Universidades – y, al mismo tiempo, como revelación y realización de la
Verdad de Dios. Al considerar las dimensiones constitutivas humanas y gloriosas
de Jesús que pueden ser descubiertas, observamos que ellas no sólo nos refieren
al facsímile de persona humana
asumida por Jesucristo que, por ese mismo hecho, nos comunica su condición de
Hijo del Padre (encarnación-kénosis), sino que él mismo se ha convertido en el
prototipo realizado y llevado a plenitud de aquéllas, presentes por Él mismo en
todos los seres humanos (resurrección-anakefalaíosis): el que era el
“anti-tipo” (αντι-τύπος) se ha convertido en el “tipo” (Τύπος) genuino a partir
del cual todos los seres humanos hemos sido convocados a nuestra plena
realización humano divina, ya que Él es la verdadera “imagen visible de Dios
invisible” “en quien fueron creadas” y – gracias a su kénosis y a su
resurrección, más aún – “por quien fueron re-creadas todas las cosas”. De esta
manera, quedan expuestas las razones fundamentales que permiten concluir o
extender a todo ser humano – sin límites de espacio y tiempo – los propios de Jesucristo, y cada uno ha
de ser considerado como interlocutor inédito – proyecto específico – en la
perspectiva del querer de Dios. En lo que se refiere al ámbito científico del
proceder teológico, nuestro proceso nos conduce a detectar un criterio que es,
en realidad, la causa de ser misma de nuestra manera de proceder, cuando
identificamos que la “interpretación” (hermenéutica y exégesis) desde la
interacción fe-razón – y la ejemplaridad de la ejecución de la misma por parte
de Jesús, Lucas, Juan y Pablo (sus primeros elaboradores, entre otros) – es uno
de los rasgos más característicos y esenciales de “la” manera no sólo humana de
hacer progresar el conocimiento sino específicamente católica de avanzar en la
comprensión del misterio cristiano.
El capítulo quinto, de correlatos
antropológico-teológicos, nos permitirá traer dichas líneas fundamentales del
proyecto humano-divino al presente, para referirlas, precisamente, a algunos de
los principales aportes que nos brindan hoy no sólo las ciencias sociales y
humanas, sino también las demás, la filosofía, las artes, la pedagogía y,
asimismo, a una necesaria sincera introspección y re-flexión sobre nosotros
mismos – ¿cuáles son nuestros orígenes?, ¿cómo se han realizado estos
procesos?, ¿por qué y para qué sucede lo que sucede? –. Así, es posible llegar
a advertir aquellas áreas o dimensiones de los seres humanos que, a la manera
de vocaciones, es urgente realizar con vistas a la puesta en acto de nuestra
filiación divina adoptiva, de nuestra condición de hombres y mujeres nuevos, y
de la realización del Reino de Dios y su justicia, conforme al modelo del Verbo
encarnado. En lo que se refiere al ámbito científico, se trata, a nuestro
juicio, de un momento fundamental de nuestro proceder teológico, por cuanto
debemos implementar y llevar hasta sus últimas consecuencias especialmente
aquel criterio que vamos descubriendo como típico humano, su capacidad hermenéutica-exegética, que caracteriza
precisamente el proceder cristiano en la fe, es decir, esa capacidad que le
permite sacar consecuencias de la comprensión del misterio cristiano en sus
implicaciones “antropológicas” y “correlacionarlas” con los conocimientos
científicos y demás acercamientos culturales y vivenciales realizados por el propio
ser humano en su búsqueda de sí mismo.
El capítulo sexto se dedica a plantear
horizontes y normas de acción por parte de la teología moral, a partir de los
mencionados correlatos. Ello nos consiente concretar una aplicación razonable y
una propuesta explícita a las conciencias – y a las instituciones educativas
universitarias –, de conductas y comportamientos, individuales, comunitarios y
socio-culturales (institucionales eclesiales, etc.) propios de los hijos de
Dios, y que son expresión de las líneas primordiales de la espiritualidad y de
la ascesis del seguimiento vivo de Jesús hoy. Se delinea un proyecto de acción educativa
cuyos dos ejes principales son la verdad y el amor, considerados como
característicos de la sabiduría-vida cristiana – sobre todo cuando se trata de
su vivencia por parte de las comunidades universitarias, tanto católicas como
eclesiásticas, si bien no son exclusivas de ellas –, y sigue siendo válido y
apremiante a través del tiempo dentro de condiciones reales y posibles. Para la
elaboración de este capítulo, y del siguiente, se hizo necesario hacer el
seguimiento de elementos descriptivos – no ausentes en los capítulos
anteriores, sin embargo – de una realidad actual tan diversa como compleja y en
la que tanto se propende, por parte de algunos, por soluciones punitivas y
engañosamente eficaces ante problemas sociales, políticos, económicos:
contenido y extensión de los derechos humanos, tecnologías biomédicas, manipulación
genética, violencias de diverso tipo y origen, etc. Los contrastes que se
advierten – e inclusive el dolor y la denuncia que se originan de ello – entre
esa realidad y el mencionado proyecto se pueden evidenciar al observar el
Apéndice que sirve de apoyo documental, referencial y estadístico a la
investigación.
El capítulo séptimo, finalmente, toma como
punto de partida aquella serie de componentes resultantes dignos de ser
considerados como valores morales y núcleos éticos en perspectiva de fe y razón
cristiana, susceptibles de convertirse en reglas de la comunidad eclesial, que
abran y orienten nuevos caminos de desarrollo y de perfeccionamiento personal e
institucional a las Universidades católicas. Así, se hace el rastreo a los
momentos y factores del proceso de juridificación axiológica que los
convirtieron en las reglas o cánones del CIC vigente, en formas de conducta y signos válidos y obligatorios
de la expresión actual del culto auténtico y espiritual-razonable que debe
rendir la Iglesia a Dios cuando va de camino hacia la anhelada total unión con
Él. En orden a la construcción de la comunidad eclesial, así mismo, quedan
abiertos, de esa manera, permanentes e insospechados nuevos caminos gracias a
la ejecución, aplicación, interpretación y desarrollo que las Universidades
católicas hagan hoy de dichos cánones – y, eventualmente, de algunos nuevos – cooperando
a la acción del Espíritu de amor, de verdad y de vida.
Al término de este trabajo investigativo
pienso que queda sustentada y demostrada – pero siempre expuesta – la propuesta
inicial relativa al Modelo hermenéutico que hace posible evidenciar lógicamente
el tránsito que va desde una verdad de fe
hasta la formulación de un canon del Derecho de la Iglesia, para exponer
que, efectivamente, las reglas de la comunidad de fe no pueden tener hoy otro
sustento y otra fundamentación distinta a Jesucristo, Dios y hombre verdadero,
modelo auténtico y perfecto de ser humano, en quien confluyen la Iglesia, todas
las generaciones y la creación entera. Este es mi aporte.
Sea este el momento para agradecer el
acompañamiento crítico, el apoyo permanente y la orientación perspicaz y
sistemática de mi Director de investigación, R. P. Rodolfo Eduardo De Roux
Guerrero, S. J., quien, a pesar de sus múltiples y delicadas tareas, lleno de
un discernimiento sin crepúsculo y de una energía esforzada, quiso también
hacerse interlocutor de su coterráneo y novato discípulo durante estos años. De
igual modo, los aportes que ha hecho como segundo lector de la obra el R. P.
Rafael Gutiérrez Cuervo, S. J. Uno y otro han accedido a hacer sendos preludios
a este escrito. A ellos mi gratitud por sus amables voces de estímulo, que me
animan a llevar a cabo la publicación paulatina de la obra.
Quiero manifestar expresamente mi
reconocimiento a la Pontificia Universidad Javeriana, a sus Directivos
generales y a los particulares de la Facultad de Teología, a mis colegas,
estudiantes y funcionarios, especialmente a quienes me “acompañaron” a lo largo
del período que abarcó esta investigación. Este trabajo es, por múltiples
razones, “experiencia reflexionada”, una “práctica docente en discernimiento”,
y no pura elucubración, de una Universidad que aspira a cumplir sinceramente el
magis ignaciano. Con todo – y sobraría decirlo –, la responsabilidad de
todo lo afirmado aquí es mía, y a la PUJ no se le puede imputar lo que es el
fruto de la libre expresión de la opinión manifestada por mí.
Deseo a cuantos pudieran llegar a tener este
texto entre sus manos – ¡o en una pantalla! –, un incremento cierto de su fe en
Jesucristo y de su amor a la Iglesia, nuestra madre, como hemos aprendido desde
la infancia, a los pies de aquella que es llamada con confianza Trono de la
divina Sabiduría.
Bogotá,
8 de septiembre de 2010, en la Fiesta de la Natividad de nuestra Señora.
Iván
Federico Mejía Álvarez
Siglas y Fuentes más empleadas
Advertencia editorial:
Con el fin de que el texto pueda leerse de
manera continua, he trasladado aquellas citas que considero particularmente
extensas para el final, bajo el epígrafe “notas finales”.
Como se ha anotado, la obra va a ser
publicada gradualmente, aunque con la preocupación porque siga siendo oportuna
y actual.
Nota bene:
Las abreviaturas y modos de citar los Libros
de la Sagrada Escritura, los Documentos de los Romanos Pontífices, el Concilio
Vaticano II y la Summa Theologiae (ST) son
los usuales según la praxis de la literatura teológica y canonística (Biblia de Jerusalén, Acta Apostolicae Sedis,
Biblioteca de Autores Cristianos – BAC –). Un buen número de citas de
fuentes provienen del acceso mediante la internet, sobre todo a través de www.vatican.va. Se ha de recordar que, para simplificar la
citación, se emplean generalmente las dos o tres primeras palabras del texto
oficial latino, y/o sus siglas en acrónimo, e. d., la primera letra de dichas
palabras. He aquí algunos de los documentos citados más frecuentemente:
Del Concilio Vaticano II:
Constituciones:
DV Dogmática
Dei verbum
LG Dogmática
Lumen gentium
SC Sacrosanctum
Concilium
GS Pastoral
Gaudium et spes
Decretos:
CD Christus
Dominus
PO Presbyterorum
ordinis
OT Optatam
totius
PC Perfectae
caritatis
AA Apostolicam
actuositatem
OE Orientalium
Ecclesiarum
AG Ad
gentes
UR Unitatis
redintegratio
IM Inter
mirifica
Declaraciones:
DH Dignitatis
humanae
GE Gravissimum
educationis
NÆ Nostra
ætate
Documentos Pontificios:
Constituciones Apostólicas:
ECE Ex
corde Ecclesiae
PB Pastor
bonus
SC Sacri
canones
SCh Sapientia
christiana
SDL Sacrae
disciplinae leges
Encíclicas
CA Centesimus
annus
CIV Caritas
in veritate
FER Fides
et ratio
VS Veritatis splendor
Exhortaciones Apostólicas:
CT Catechesi
tradendae
ChL Christifideles
laici
EIA Ecclesia
in America
EN Evangelii
nuntiandi
COLECCIONES,
REVISTAS Y OTRAS FUENTES MÁS UTILIZADAS
AAS Acta
Apostolicae Sedis
ADiReCom Annuario di Diritto
canonico e Diritto comparato delle Religioni
Ana Analecta
Gregoriana
Ang Angelicum
Ant Antonianum
Apo Apollinaris
Bur Burgense
CCEO Codex
Canonum Ecclesiarum Orientalium[1]
CIC Codex
Iuris Canonici[2]
Cmm Communio. Revista Católica Internacional
Com Communicationes
Con Concilium
DELE Diccionario etimológico latino-español
DRALE Diccionario de la Lengua Española – Vigésima segunda edición
DS Denzinger-Schönmetzer
ECA Estudios
Centroamericanos
Ecc Ecclesia
EEc Estudios
Eclesiásticos
EV Enchiridion
Vaticanum
FC Forum
Canonicum
G Gregorianum
ICan Ius
Canonicum
IVALCIC Index verborum ac locutionum Codicis Iuris Canonici
Jur The
Jurist
JyP Justicia
y Paz
LAC L'Année
Canonique
Lat Lateranum
LDC La
Documentation Catholique
LOR(E) L'Osservatore
Romano (Español)
MiC Miscelánea
Comillas
Mor Moralia
Not Notitiae
Nun Nuntia
P Periódica
PG Patrologia
Griega
PL Patrología
Latina
RasT Rassegna di Teología
RBR Revista
del Banco de la República
RDDC Revue
de Droit Canonique
REDC Revista
Española de Derecho Canónico
RFS Revista
de Fomento Social
RJ Revista
Javeriana
RTL Revista
Teológica Limense
RTM Rivista
di Teología Morale
RyF Razón
y Fe
Sal Salesianum
SaT Sal
Terrae
ScC La
Scuola Cattolica
Sem Seminarium
SeT Selecciones
de Teología
Sin Sinite
Slm Salmanticensis
StC Studia
Canonica
StM Studia
Moralia
ThX Theologica
Xaveriana
UC Universitas
Canonica
Otras abreviaturas comunes utilizadas son:
(c.) a. Año
(alrededor del)
art. Artículo
c. cc. Canon,
cánones[3]
cap. Capítulo
cf. Véase
comp. Compilador
Conc. (Ecum.) Vat. II Concilio
(Ecuménico) Vaticano II
Const. Ap. Constitución apostólica
Decr. Decreto
dir. Director
enc. Encíclica
exh. ap. Exhortación apostólica
Ib. Ibídem, allí mismo
Id. Ídem,
el mismo
l. c. Locum citatum,
lugar citado
lib. Libro
m. p. Motu
proprio
n. nn. Número,
números.
n. de un c. seguido de § Indica su parágrafo o párrafo
nt. Nota
o. c. Opus citatum, obra citada
p. pp. Página,
páginas
PUJ Pontificia
Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia
q. Quaestio
Reconocimientos
Hubiera sido muy valioso contar con el aporte
de más dibujantes y fotógrafos, y de otros profesionales de las artes gráficas,
así como de técnicos en sonido, con el fin de ilustrar y enriquecer las
diferentes secciones y temas de la obra. ¡El “peso” que electrónicamente
habrían de soportar nuestros ordenadores o computadoras se volvería enorme!
Debo agradecer especialmente a cuantos han
concedido o concederán autorización para la publicación de sus trabajos, en
especial el material gráfico y sonoro que se ha incluido para referencia de los
lectores. Las ilustraciones escaneadas de
publicaciones especializadas son propiedad de tales publicaciones y de sus
autores concretos. En todas las que aparece esa información en la página web
se da debida y expresa fe de su autor.
En muchos casos he empleado con facilidad el
texto hebreo y griego de la Sagrada Escritura publicado por http://studylight.org/ Copyright ©
2001-2010, y reconozco ampliamente este servicio.
Además de las otras debidas autorizaciones y
de los respectivos créditos, se tendrán en cuenta las sugerencias recibidas en
orden a una siguiente edición.
En relación con lo mencionado en los párrafos
anteriores he recibido la siguiente apreciación: “Después de revisar el texto
de la tesis y las imágenes que hacen parte de la misma, considero que el uso
que se le está dando a estas obras dentro de la tesis se enmarca dentro de las
Excepciones y Limitaciones señaladas por el Derecho de Autor, por cuanto se
utiliza el Derecho de Cita conforme a lo señalado en la Ley 23 de 1982 y
Decisión 351 de 1993. Sandra J. MUÑOZ,
Abogada Especializada, Secretaría Jurídica, Tel. 3208320 Ext. 3904,
Pontificia Universidad Javeriana”.
Ilustraciones
Ilustración1
Peter
CONNOLLY: La vida en tiempos de Jesús de Nazaret ANAYA Madrid 1986:
capítulo IV, p. 390.
Ilustración2
José I. LAGO:
(octubre 2005): http://www.historialago.com/xto_01105_tierrajesus_01.htm:
capítulo IV, p. 390.
Ilustración
3
En (consulta marzo
2006): http://bonsaimania.com/bonsai_fichas/ficus_carica.htm:
capítulo IV, p. 504.
Ilustración
4
En (consulta marzo
2006): http://www.botanical-online.com/florfiguera.htm:
capítulo IV, p. 504.
Ilustración
5
Orígenes del
hombre. TIME LIFE. Ediciones Folio S.A. 1993: capítulo IV, p. 522.
Ilustración 6
Leonardo DA VINCI: Última cena,
en: Luca ANTOCCIA - André CHASTEL - Marco CIANCHI - Paolo GALLUZZI - Domenico
LAURENZA - Rodolfo PAPA - Carlo PEDRETTI: "Leonardo's painting", en: Leonardo.
Art and Science Giunti Firenza 2005 6a 40-47: capítulo IV, p. 580.
Ilustración 7
“Estudios de anatomía comparada” por Leonardo DA VINCI: “Escalas
balanceadas y notas; estudios de anatomía comparada (1506-1507): Manuscrito K
(Biblioteca de L’Institut de France, París) (ff. 1110r y 109v)”, en: Luca
ANTOCCIA - André CHASTEL - Marco CIANCHI - Paolo GALLUZZI - Domenico LAURENZA -
Rodolfo PAPA - Carlo PEDRETTI: "Leonardo's painting", en: Leonardo.
Art and Science Giunti Firenza 2005 6ª 102: capítulo V, p. 765.
Ilustración 8
“Ernst Heinrich Philipp August
Haeckel: «Esqueletos de cinco monos antropoides». El epígrafe junto con la gráfica
se encuentra en: http://www.uv.es/metode/anuario2000/catala3.html: capítulo V, p. 769.
Ilustración
9
Mapa de ubicación de la Cultura de Tierradentro,
en (consulta mayo 2008): www.banrep.org/museo/esp/s_tierra02.htm: capítulo V, p. 770.
Ilustración
10
La fotografía de la tumba de la cultura
Tierradentro, procedente de la obra de Diego CASTRILLÓN ARBOLEDA: Muros de
Bronce - Popayán y sus estancias históricas Ed. Feriva Cali 1994 64, fue
publicada en la Internet en (consulta mayo 2008): http://gcollo.comunidadcoomeva.com/blog/index.php?/archives/112-INDIOS-PAECES-DE-TIERRADENTRO-PAEZ-E-INZA-CAUCA,-COLOMBIA,-SUR-AMERICA.html: capítulo V, p. 770.
Ilustración
11
“El sitio donde vive el alma”, dibujo de
Leonardo DA VINCI: Entre los dibujos tempranos de anatomía de Leonardo (c.
1489) existe el f. RL (Royal Library at Windsor) 19057r; K/P (Catálogo Kenneth Clark / Carlo
Pedretti) 43r: Marco CIANCHI: Leonardo.
The Anatomy Giunti Florencia 2005 10ª 18: capítulo V, p. 777.
Ilustración
12
“Motor manejado por resorte”, diseño de
Leonardo DA VINCI: (c. 1495),
Manuscrito I (Biblioteca de L’Institut de France, París) (f. 14r)”, en: Luca
ANTOCCIA - André CHASTEL - Marco CIANCHI - Paolo GALLUZZI - Domenico LAURENZA -
Rodolfo PAPA - Carlo PEDRETTI: "Leonardo's painting", en: Leonardo.
Art and Science Giunti Firenza 2005 6ª 128: capítulo V, p. 835.
Ilustración
13
Estallido de rayos gamma: GRB080219B observado por el satélite Swift de NASA, 24 de marzo de 2008, en: “Últimas
noticias”, en (consulta abril 2008): http://astronomia.net/cosmologia/cosmonews.htm: capítulo V, p. 1018.
Fonoteca
Fonograma
1
Video-clip de la exhibición televisada de La boda de Luis Alonso, música y danza, sainete
de Javier DE BURGOS, con música de Gerónimo GIMÉNEZ, en la interpretación de La Joven Orquesta Provincial de Málaga y el Grupo de Baile
Azabache, diciembre de 2006, en (consulta octubre
2007): http://www.youtube.com/watch?v=w58RddH6G0Q: capítulo V, p. 922, nt. 2284.
Fonograma
2
Video-clip de 2007, de una obra del maestro
Luis Eduardo (Lucho) BERMÚDEZ: “Colombia, tierra querida”, versión orquestal
sinfónica en la interpretación de la ORQUESTA FILARMÓNICA DE BOGOTÁ, arreglos
de Isauro Pinzón, dirección de Andrés Orozco, (consulta noviembre 2008), en: http://www.youtube.com/watch?v=QmPPFmJpjDQ: capítulo V, p. 922, nt. 2284.
Fonograma 3
Bela BARTÓK (1881-1945),
colección de 153 obras para piano (1926-1939): Microcosmos. Una selección e interpretación de la obra
puede verse en (consulta octubre 2007): http://www.kunstderfuge.com/bartok.htm:
capítulo V, p. 922, nt. 2284.
Fonograma
4
SAINT BENEDICT’S
MONKS, Brasil: Veni, Sancte Spiritus:
Duración: 2:29; Formato: mp3; Calidad: 128Kbps; Canales de audio: 2; Resumen de
derechos: No hay derechos ni restricciones asociadas con este clip; en
(consulta octubre 2007): http://www.christusrex.org/www2/cantgreg/cantus/seq_veni_sancte_spiritus.mp3:
capítulo V, p. 992, nt. 2494.
Fonograma 5
Video-clip de la obra de Darius MILHAUD
(1892-1974): ballet La Création du Monde (1923). Versión
de la Chapman Chamber Orchestra, 2006, bajo la dirección de Daniel Alfred
Wachs, del Conservatory of Music at Chapman University, Orange, California (www.chapman.edu/music); en (consulta
diciembre 2008): http://www.youtube.com/watch?v=NwwT0BX2zBs :
capítulo V, p. 1015, nt. 2565.
Notas de pie de página
[1] Codex Canononum Ecclesiarum Orientalium (CCEO): Juan L. ACEBAL – Federico R. AZNAR – Teodoro I. JIMÉNEZ – Julio MANZANARES: Código de cánones de las Iglesias Orientales Edición bilingüe comentada BAC Madrid 1994.
[2] Emplearemos principalmente las siguientes ediciones en castellano: Lamberto DE ECHEVERRÍA (dir.): Código de Derecho Canónico. Edición bilingüe comentada por los profesores de la Facultad de Derecho canónico de la Universidad Pontificia de Salamanca Biblioteca de Autores Cristianos Madrid 1985 5ª revisada; Ángel MARZOA – Jorge MIRAS – Rafael RODRÍGUEZ-OCAÑA (coord. y dir.): Comentario exegético al Código de Derecho canónico EUNSA Pamplona 1997 2ª del Instituto Martín de Azpilcueta. Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra; Antonio BENLLOCH POVEDA (Dir.): Código de Derecho canónico. Edición bilingüe, fuentes y comentarios a todos los cánones Edicep Valencia 1993 8a (= CIC/EBFC).
[3] Nota para quien no estuviere familiarizado con el Código: c. 748 § 1 se lee así = canon 748, (§) = parágrafo primero (o uno). Pero puede ocurrir que el canon no esté divido en parágrafos (párrafos), sino que simplemente haga enumeraciones: c. 1095, 2°: en tal caso, se mira si se trata de una secuencia ordinal o de una mera enunciación de cualidades o de condiciones (numerales) = canon 1095, ordinal (o numeral, si fuere el caso) segundo.
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